Beber demasiado alcohol no sólo ejerce una presión extrema sobre el hígado sino también sobre el páncreas. Inflamación aguda (pancreatitis): una causa común es el consumo excesivo de alcohol. El alcohol hace que las células individuales del páncreas se hinchen (edema). Esto provoca un bloqueo en la salida del jugo digestivo producido por estas células. Esta secreción es muy agresiva y destruye sus propias células. Se ataca la arquitectura general del páncreas. Como resultado, los jugos digestivos de otras células pueden acumularse y las células pueden autodigerirse, liberando más secreciones. El corazón también se ve afectado. Tiene que trabajar duro y ya no puede drenar el exceso de líquido a través de los riñones. Es por eso que este líquido se acumula en el tejido y hace que los dedos y la cara se hinchen. El edema es un signo de intoxicación aguda.
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